El autor, el de la foto, es, soy, Jaime Alonso Arza. Oviedo, 1956. Vivo en Pozuelo de Alarcón y paso temporadas en Gijón.
Una pequeña reseña personal. En cuanto a estudios, realicé, hace ya una temporada, los de Administración y Dirección de Empresas (ICADE) y, unos años después, los refresqué y completé con un master en el Instituto de Empresa. Si he sido alumno más o menos aventajado es algo que podemos dejar perdido en la niebla.
Experiencia profesional
Mi experiencia profesional se ha desarrollado en el sector financiero. He tenido la fortuna de participar en proyectos que han tenido un frecuente factor común: el de crear algo nuevo. Así sucedió en la creación por Chase Manhattan en los años 80 de su sucursal en España para realizar actividades de banca de empresas en lo que supuso un impulso modernizador a un sector bancario encorsetado legal y administrativamente.
A los pocos años, Chase compró un banco local para desarrollar banca de particulares y fuimos unos cuantos los bancos que vivimos la época de ofrecer productos realmente diseñados para el consumidor que los necesitaba. A esa época siguió otra también apasionante, la de ser miembro del equipo que creó el primer banco telefónico, Open Bank, y su ampliación al mundo de Internet.
A lo largo de los años he pensado a menudo que cuando sea mayor tengo que intentar escribir».
Años después, en el mundo de la intermediación financiera, en una entidad especialista en futuros y opciones como Altura Markets, asimilamos e implantamos una catarata regulatoria favoreciendo a la vez el éxito y el control en la empresa. En las diferentes organizaciones he desarrollado funciones siempre a caballo entre el control interno y normativo, y la gestión de proyectos. Vivir con frecuencia en el ámbito profesional el desafío de lo nuevo, del proyecto y la creación ha sido una gran suerte.
Mi vida profesional me ha obligado a menudo a realizar presentaciones, o simplemente preparar documentos, para lanzar algún proyecto o actividad. Muy pronto me acostumbré a incluir en la primera página de esos textos, invariablemente, una frase del estilo de: «el objetivo de este documento es…», para enlazar con el tema que fuera, implantación de un reglamento, desarrollo de una aplicación o lanzamiento de un producto. Siempre ese objetivo que describía era, lógicamente, el que tocaba en la empresa, y estaba relacionado con su negocio.
Algunos de mis libros
Cuando, hace no muchos años, me encontré, no sé en qué momento, con el concepto de banca ética, empecé a pensar que estaría bien hacer un trabajo parecido a esos de oficina que no tuviera un objetivo determinado por la empresa sino uno general, soñador y ambicioso, que su objetivo fuera que los bancos sirvieran a más gente, que se acercaran a los excluidos. Eso se unió al deseo de, algún día, dedicarme a escribir, y dio origen —cuando la barba blanca indicaba que ese «algún día» ya estaba ahí— a Bancos que financian a más gente, un ensayo de utilizar lo que uno haya podido aprender en el oficio para finalidades que van más allá que las de realizar un trabajo, por interesante que este sea.
Por azares y oportunidades de la crisis, vio antes la luz La crisis española contada a mi novia alemana, una novela en la que los personajes sufren todo tipo de avatares —léase desgracias— financieros, lo que permite que cada vez que caen en uno de ellos el autor aproveche la ocasión para explicar el término en cuestión. El libro es una combinación de novela y diccionario financiero que trata de demostrar que la divulgación financiera puede ser entretenida.
Me siento cómodo escribiendo en la línea de banca ética y literatura»
Siguió a continuación una novela, AZCA city, donde las oficinas no son más que el trasfondo y lo relevante son los personajes que trabajan en ellas, o cerca de ellas. Aquí lo importante son los sueños de la joven que ve a otros actuar en el Retiro mientras hace lo que puede para enviar dinero a su país, del hombre que sueña con construir un hostal en el pueblo hasta que se da cuenta de la trampa familiar en la que se encuentra o de la madre que viaja a Madrid a atender a la hija hospitalizada.
La siguiente obra es Cuentos variopintos, como tirando de a todo un poco, una recopilación de relatos breves repletos, eso he pretendido, de vida real por el que transitan maestras de escuelas, prejubilados que solucionan problemas de antiguos clientes con dinero ajeno, la hermana de una reina o un reputado profesor de una escuela de negocios cuyos antecedentes nadie sospecharía.
Los libros demuestran la línea de trabajo con la que me siento cómodo, la que combina banca ética y literatura. Quisiera seguir desarrollándome en ambos aspectos, oscilando según la obra hacia uno u otro aspecto. ¡El tiempo irá diciendo lo que uno puede hacer!